Capítulo 4.

Decidí dar un paso adelante y atreverme a marcar con mi móvil el número de teléfono de mi casa de España. Oh, un momento, tengo un mensaje en el buzón de voz...es..de..casa. Madre mía.

*Pip*

"Hola cariño, soy mamá, hemos leído tu carta y debes saber que estamos muy preocupados ya que nos has dicho que necesitas hacer nueva vida y te vas con Nerea a Londres a comenzarla allí. Sabemos que ya eres mayor de edad pero debes de ser muy responsable ¡y tener mucho cuidado cariño! Además nos gustaría saber por qué has decidido marcharte así de repente ¿te ha pasado algo malo, cielo? Llámanos cuando escuches este mensaje. Te queremos.'

*Pip, pip, pip...*

Genial ¿y ahora que hago? ¡¿que les digo?! Una lágrima rozo mi mejilla desprendiendo la rabia que se apoderaba de mi cuerpo en este instante.
No podía contarles lo de Adrián, mi ex, aunque creo que sospechan todo lo que él me llegó a hacer. Como me llegó a tratar.
Bueno, tendré que llamarles.

-Hola mamá...Sí, lo siento, debería haberos llamado...Perdonadme...Sí, todo bien, ya tenemos un piso alquilado y hemos hecho un grupo de amigos que son geniales...
Pues mira — detuve la conversación con mi madre y respiré profundo aguantándome las lágrimas — me marché de España para olvidar a Adrián, sí...No, no pasó nada malo — logré mentir con un nudo en la garganta — Vale mamá...Sí, lo que necesite os llamo, dinero o lo que sea...Genial...Espero que estéis todos bien...Os llamaré todos los días...Sí, vale, sí, yo también os quiero.

Terminé la conversación, por suerte, parece que no ha notado el engaño que ha supuesto el 'No, no pasó nada malo'.
Cambié el gesto de mi cara húmeda en cuanto oí que Ner subía las escaleras para dirigirse al segundo piso donde estaban las habitaciones, en concreto mi habitación, en la que me encontraba acostada sobre la cama.

-¿Iris? ¿Has hablado con tu madre? — me llamó desde el pasillo

-Sí, parece que se lo han tomado bien. Solo quieren lo mejor para mi.

-¡Te lo dije! ¿y les has dicho lo de...? — Ner dejó su frase a medias para que no me afectara el escuchar una vez más su nombre.

-No, no sabe nada ni lo sabrá, le he dicho que no pasó nada malo.

Se nos hizo de noche, las horas pasaban volando en este lugar.
Ner y yo nos pusimos una película en el comedor, ella, se quedó dormida a mitad, como de costumbre. La llevé a su habitación y a continuación me quedé yo también profundamente dormida sobre mi nueva cama, en mi nueva habitación, de mi nueva casa, de la ciudad en la que, pronto, será indispensable para mí.

Me desperté y no había nadie, simplemente una nota sobre la mesa de la cocina.
"Holi Iris, buenos días. He ido a echar los currículums para ver si nos sale una ofertilla de trabajo a cada una ¡veremos si hay suerte! Nos vemos para comer, fea."

Bueno pues, tengo la mañana libre entonces.
Avisé por el grupo de 'Summer' por si alguien le apetecía dar una vuelta por el centro, pero como tardaban en contestar decidí ir por mi propia cuenta.

Con mi pequeño portátil bajé al Starbucks que hay a 5 minutos de casa para desayunar algo, así de paso, aprovecharía un rato libre para editar las últimas fotografías y a seguir con el pequeño proyecto audiovisual que llevo en marcha.
No llevaba ni 10 minutos recostada en el sofá del establecimiento cuando...apareció.
Vi a Harry entrar por la puerta del lugar, al momento, sentí las mismas sensaciones del día anterior y mucha alegría, ya que, pasaría el resto de la mañana en compañía.

-¡Harry! — le llamé desde mi sitio alzando la mano en forma de saludo.

El chico de pelo rizado se acercó y me dio dos besos. Me pidió que esperara que iba a pedir y se sentaría conmigo a desayunar.

-¿Qué son esas fotografías? Parecen muy bonitas — dijo mientras se sentaba a mi lado, poniendo con cuidado su taza de té sobre la mesa.

-Soy fotógrafa, me dedico generalmente al mundo audiovisual pero me apasiona este campo — dije muy feliz por su curiosidad.

Quiso que le mostrara la primera colección que había hecho desde que estaba aquí en Londres. Le fascinó. Le enseñé también algunas fotos de España, en concreto de Madrid, donde yo vivía con mis padres y continuamos hablando sobre nuestras vidas y sobre cada uno de nosotros.

Una vez pagamos la cuenta, quiero decir, pagó Harry la cuenta, ya que no me dejó pagarla a mi, se apuntó a dar una vuelta conmigo por el centro, disculpándose primero por no haber respondido mi mensaje en el grupo de WhatsApp de esta mañana.

Harry me llevó por las tiendas de ropa más peculiares de la zona, ya que, como a toda mujer, nos encanta comprar ropa. Aunque solo hacía un día que nos habíamos hecho amigos era increíble lo que podía llegarme a conocer.
Después de compradme un precioso vestido casual, me ofreció ir a fotografiar algunos lugares emblemáticos de Londres que todavía no conocía.

Joder qué fotos más bonitas que he hecho, son increíbles, tengo muchas ganas de trabajarlas en mi ordenador.

-¡Quiero ver esas fotos cuando las hayas editado, eh! — me gritó Harry desde el interior de su coche mientras esperaba que yo entrara en casa.

-¡Por supuesto! Nos vemos esta tarde Harry, gracias por todo — le respondí mientras conseguía poner la llave en la cerradura de la puerta.

Localicé a Ner en la cocina con un delantal de la bandera británica, tan graciosa como siempre, cocinando un sabroso plato del que Niall le había dado la receta.
Qué ganas de volver a estar con ellos otra vez.