30 jul 2013

Capítulo 34.

El sábado llego por fin.
En Inglaterra los chicos comenzaban a preocuparse, pero ni Iris ni Niall contaban con eso. Creían que se lo imaginaban, pero no.
Harry se tiraba de los pelos, ya no aguantaba más. Quería ver a Iris, besarle, abrazarle...sentirle.

A Niall no se le había pasado por la cabeza el hecho de haber podido utilizar el teléfono de sus padres para llamar desde allí y avisar a todos. Aunque costaba caro, eso sí. Ahora ya no podían hacer nada. Ambos, acababan de llegar al aeropuerto de Dublín.

-Ha sido una experiencia genial Niall, gracias por haberme acompañado. Me ha gustado mucho estar aquí, conocer un poco esto y el proyecto ha estado increíble. Gracias por todo, eres un amigo increíble.

Los dos se dan un abrazo. Iris, con la cabeza apoyada en su hombro, abre los ojos después de unos segundos de contacto y los mueve a ambos lados mientras frunce el ceño. Niall no finalizaba el abrazo todavía. Estaba muy aferrado a ella.

Como Iris decía en el colegio, salvada por la campana. La voz resonó en la sala de espera anunciando que su avión saldría en unos 20 minutos.
Niall, separándose al instante, se rasca la cabeza con disimulo. Había sido extraño para él.

-Vayamos a dejar las maletas, hay que darse prisa — dice el chico tras romper un breve silencio incómodo.

*

El avión comienza a despegar. Una breve sensación de adrenalina recorre mi cuerpo mientras noto como levitamos del suelo en dirección Inglaterra.
Niall apenas habló más y enseguida se quedó profundamente dormido, yo en cambio, no pude pegar ojo en todo el viaje. Necesitaba ver a Harry, le he echado tanto de menos... No podía esperar a verle. La distancia es una...una gran mierda.

Palabras monótonas fueron las únicas que salieron de la boca de Niall, las únicas pronunciadas en la comisura de sus labios, pero, ¿cual era la razón? Iris estaba confusa. ¿Había hecho algo ella que le haya sentado mal?

-¿Sucede algo Niall? — me atrevo a preguntarle tras recoger las maletas.

-¿Eh?...Oh, no, nada. Estoy bien.

-¿Seguro?

-Sí, claro que sí. Tengo ganas de ver a Ner la echo de menos, eso es todo.

Me dirijo y le doy un abrazo de nuevo. Esta vez, es rápido y algo seco en mi opinión.

-Sí... Yo también estoy deseando ver a Harry.

Una sonrisa seca es reproducida en su rostro. Sacando el móvil me dispongo a llamar.



-¿Ner? Estamos en Heathrow.

13:00h

Jugueteando con la etiqueta de la maleta que los del aeropuerto han colocado en ella, Iris espera impaciente. A su lado izquierdo, Niall mira el móvil. Está evadido de la realidad. En la luna, mejor dicho.

Levantando un poco mi cabeza, puedo reconocer 6 siluetas a lo lejos. Los 6 caminan hasta nosotros, unos al lado de otros. A pesar de gente que va con maletas de allá para acá y de gente de pié, puedo reconocerle. El tercero por la derecha era Harry.

Todo se mueve con lentitud a mi alrededor. Noto como de mi mano izquierda dejo caer la etiqueta que desprende de la maleta. Alzando mi cabeza de mi mano derecha mientras estaba apoyada sobre la maleta, mis ojos se iluminan al reconocerlos.

Niall sigue sin percatarse de que a lo lejos acaban de entrar en la gran sala de espera. Todavía caminan al principio de esta, bajo el cartel que indica cada vuelo con su localización y horario.

Todas estas últimas acciones pasaron en menos de un minuto. Iris seguía sin reaccionar, no podía. Su mirada había penetrado en una silueta en concreto. Harry vestía con unos vaqueros azules marinos muy ajustados, una camiseta blanca adornada con una americana en azul oscuro y sus botas marrones habituales. Su pelo, desordenado como de costumbre.

-Ya han llegado.



Esas fueron mis últimas palabras antes de salir a correr en una dirección y, esquivando a la gente, llegar hasta ellos. Niall también se movió de su posición, después de estar apoyado un rato sobre su maleta, y se levantó hacia nosotros.

Todavía no habían observado que iba corriendo hacia ellos. A solo 10 metros, Ner fue la única que me vio.

-¡¡¡Iris!!!

En el mismo segundo en el que Harry levantó la cabeza expandiendo su sonrisa, salté sobre él y, cogiéndome en brazos, nos dimos un beso atrayendo las miradas de algunos viajeros del aeropuerto. Esta vez, no me importó la presencia de nadie.

Ni siquiera me paré a pensar si esto seguía afectándole a Valerie y a Louis. Sinceramente, me daba igual. Llevaba dos semanas queriendo hacer esto.

Saboreando su labio inferior, me presiona con su lengua y le doy paso a esta a entrar. Ambas, revolotean juguetonas y siento como el beso de Harry se expande por todos mis músculos bucales, para acabar disfrutando de su rostro, mordiéndose el labio.

-Por fin has vuelto, princesa.

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