Capítulo 13.

Entrando al coche de Harry después de mi primer día de trabajo le doy un beso.
Mientras conduce para llevarme a casa, discutimos respecto al transporte. Él diciendo que no es ninguna molestia llevarme y recogerme acabo ganando con el tema, ya que, con la moto me apaño perfectamente.
En un semáforo en rojo, antes de llegar a su casa, acariciándole su mejilla izquierda le giro con suavidad la cara hacia a mi y le doy un beso.
Nunca antes me había llevado a su casa, pero ante la insistencia de mi novio decidió que comiéramos allí. Avisando a Ner para que no me espere a comer, entramos a su casa.

Algo más a grande a la nuestra y muy acogedora se sitúa, también en Londres, a 20 minutos de la nuestra en coche.
La mesa central del comedor ya estaba preparada para dos.
Un montón de platos y dos copas. Harry es precioso, me encanta que me de estas sorpresas.

Por la tarde ambos no teníamos nada más que hacer, así que, nos tumbamos en el sofá a ver una película: One Day. Como me encanta esa película.

19:38h

-Me voy a dar una rápida ducha cariño ¿te apuntas? — me dice mi novio con picardía.

Tras ver el gesto de mi cara junto a mis mejillas ruborizadas y dándome un beso en la cabeza, se levanta del sofá para dirigirse al baño.

Estando en el sofá, a los 5 minutos de meterse Harry al baño, suena el timbre.
Mirando de pasada la mirilla me dispongo a abrir rápidamente para no hacer esperar.

-Buenas tardes — digo con una gran sonrisa puesto qué no cabe duda alguna de quién es.

+Hola preciosa...¿Eres Iris? — me pregunta en duda para después sonreír ante mi asentimiento — No me equivocaba. He oído hablar mucho de ti, créeme — me comenta la mujer aparentemente más joven para la edad que supongo que tiene — Soy Anne, la madre de Harry, encantada de conocerte.

Mientras le pregunto si le apetece tomar algo, mis mejillas se van enrojeciendo más por la situación. La mujer me confiesa que, por lo que Harry le ha hablado de mí, soy una chica muy agradable y adecuada para él.
Dándole las gracias, le entrego un vaso de agua según me había pedido amablemente. Sentándome a su lado en el sofá, aparece Harry con apenas el pantalón puesto.

-Mamá ¿Qué haces aquí? — dice el chico sonriente por la circunstancia mientras se remueve el cabello con las manos a modo de peine.

-Había venido a verte pero veo que estás, bueno, estáis ocupados. No, enserio, no os preocupéis, venía a verte simplemente cariño.

Ah, sí, mañana comemos en casa de la abuela con los tíos — consigue recordar de repente — Por supuesto, no hace falta que diga, Iris, que estás invitada. Eres ya parte de la familia.

-Muchas gracias Anne — sonrío tímidamente.

Qué encanto. Harry me había hablado alguna vez de ella y de su hermana, como yo de mis padres, pero todavía no habíamos hablando de ir a visitar ni a unos ni a otros. Qué vergüenza, con solo 3 semanas siendo novios ya voy a conocer a media familia.

-Allí estaremos mamá. +De acuerdo hijo — observo como cariñosamente le da un beso en la mejilla para, a continuación, quedarse abrazada a su hijo.

-Hasta mañana Iris, encantada de conocerte cielo.

Cerrando la puerta tras despedirnos de la madre de mi novio, observo como él, suspira por la situación anterior. Qué locura.

-Lo siento cariño, no pensaba que iba a venir — se disculpa Harry mordiéndose el labio inferior mientras se le escapa la sonrisa al levantar sus hombros.

-Qué vergüenza he pasado, aunque, no tienes de que disculparte amor. Tu madre es un cielo.

*

Después de recogerme el cabello en una coleta alta, bajo las escaleras hasta la cocina. En ella, me encuentro a Harry, todavía sin camiseta donde su pecho lo cubría un delantal de color rojo. Desde el marco de la puerta, riéndome de la escena que observan mis ojos, le confieso a Harry que me encanta, mientras, acercándome a él, le abrazo por la espalda. Golpeando mi trasero con el trapo de la cocina, Harry termina de poner las fajitas en la mesa. Mm... huele delicioso.

*

Tumbada sobre el pecho de Harry, descansamos en su amplia cama de matrimonio.
De fondo, The Rolling Stones suenan en su ordenador, mientras, al compás de la canción, me acaricia el pelo. Dándole un beso en su pectoral derecho, me levanto a avisarle a Ner que pasaré la noche en casa de Harry.

Con su camiseta de Los Ramones, larga hasta cubrir la mitad de mis muslos, me dispongo a tumbarme junto a mi novio. Abrazándome por la cintura, un beso de buenas noches es suficiente para dormirme tras apagar la luz de la lámpara.

10:05h

Dirigiéndome de vuelta a casa en autobús para arreglarme para ir a comer con la familia de Harry, leo un WhatsApp suyo de que tenía 3 horas para ponerme más preciosa de lo que ya soy, según él.

Mientras respondo al mensaje bajando en la parada del autobús, noto como mi cuerpo se estremece al percibir unos fuertes pasos oprimirse tras de mí.