3 jul 2013

Capítulo 14.

Dándole unos retoques a la trenza que me he hecho en el pelo, acabo de prepararme para ir a comer con la familia de Harry.
Arreglada con un sencillo vestido de color rojo, me pongo unas romanas negras, algo más de vestir gracias a dos perlas que las adornan.


13:00h

Dando la vuelta al coche para entrar por la puerta, le doy un beso a Harry en los labios. Separándonos, observo desde su ventanilla una silueta de perfil apoyada en el seto de la valla de nuestro jardín. Arrancando el coche, mi mirada aguanta en el desconocido hasta perderle de vista al girar la esquina.

*

La comida va siendo muy agradable. He conocido a Gemma, la hermana de Harry, es una chica encantadora y no dejamos de hablar y reírnos. He de confesar que me encanta como cuñada.
Toda su familia me está tratando de lujo, como forma de bienvenida todos se han arreglado un poco y han puesto muchos aperitivos y platos, postres y tartas...

18:30h

Despidiéndome de Anne, agradeciendo el sombroso y cálido recibimiento a la abuela de Harry y abrazando a Gemma, nos dirigimos hasta la puerta de salida.
Abrazando a Harry por la cintura y él, pasándome su musculoso brazo por el cuello, me besa en la mejilla en dirección hacia el coche.

-Gracias cariño por venir, me lo he pasado muy bien.

-Gracias a vosotros por invitarme ha estado fenomenal mi amor.

-¿Te he dicho que estás guapísima con ese vestido? +Me lo has dicho como, mm.. ¿3 veces?
le digo frunciendo el ceño mientras tuerzo mi labio en forma de duda.

Finalmente, bajo del coche y veo como el coche negro desaparece al final de la calle.
Sacando las llaves de casa de mi bolso negro observo como la gente deambula por la avenida.
Cayéndose mis llaves al suelo mis oídos son molestados por un pitido.
En ese instante, se vuelve todo más lento para mi. Cada acción, cada parpadeo, cada suspiro. Nublándose un poco mi vista, escucho como mi corazón late dentro de mi.
Una sensación de amargura recorre mis venas.

La acción transcurre en menos de un minuto. ¿Para mí? Interminable.
Recogiendo las llaves del suelo las zarandeo a toda prisa mientras me pongo en pie y continúo mirando de reojo a mi derecha.
La calle es infinita, nunca se acaba. Al fondo, otra vez esa silueta. Esta vez, caminando hacia adelante. Reconociéndola.

Aliviada al sentir como la llave encaja repentinamente, doy una vuelta de llave para encontrarme en casa por fin. Pánico. Mi sangre sigue hirviendo.
Apoyada en la puerta cerrada, mi cuerpo va cayendo por ella hasta verme sentada en el suelo.
Timbre.
Silencio.
Me quedo callada, mientras una lágrima recorre mi mejilla.
Como quién teme de algo, como el que no quiere perder a alguien, como quién siente cerca la muerte.
Terror. Angustia.

-Iris. Abre. Sé que estás ahí, me has visto
Noto la vibración de la puerta por el aumento de los golpes en ella.

Me mantengo en silencio.
Recuerdo el pánico, el dolor, el sufrimiento por lo vivido. Agradezco el no retroceder. Es más, no quiero un retroceso.
-¡Iris te he dicho que abras! grita con furia — Joder, cariño, que he venido desde España para saber el porqué. Necesito una puta explicación de porqué te fuiste sin decirme nada.

Su táctica. Su puta táctica me atormenta la cabeza. Es la que siempre ha utilizado conmigo.
Siempre le ha funcionado. Me amenaza para después, empleando el afecto, supuestamente sincerarse conmigo. Pues esto no va a quedar así. No aquí.
Con rabia e impotencia recordando mi puto pasado, abro la puerta.

-¿Qué cojones quieres de mi?

Con toda la rabia dentro de mi, me aumenta la valentía para plantarle cara de esta forma.
Para hablarle así, con frialdad. Con asco.
Mirándole de arriba a abajo me siento como se siente alguien al mirar a otra persona que maltrata, golpea, hace sufrir. Todas esas personas que sufren y después, mucho tiempo después, al ver a esa persona que tanto les ha hecho padecer, sienten exactamente lo mismo que yo estoy sintiendo. Algo inexplicable. Eso que te hace querer avanzar y desahogarte, pegarle, demostrarle el sufrimiento que tu has vivido por su desgracia y desprecio hacia ti.
Las ganas de que me entienda por un solo instante, van en aumento.

Aunque, me detengo. Porque no soy como él. Nadie debería de ser así, como una persona así de sucia, de desagradable, de repugnante y de todos los adjetivos habidos de la palabra desgracia. Es por eso que, con los pies fijados en el suelo, mi mirada lo dice todo. Expresan todos mis sentimientos y adversidades acumuladas.

-Solo necesito una explicación — me dice acariciándome la mano con suavidad — te he echado mucho de menos y he de decirte que estás preciosa.

-Déjame en paz. Me das ASCO. As-co. Quita tu sucia mano de mi. ¿Qué no tuviste suficiente? ¿No me has manipulado y has hecho todo lo que has querido conmigo? ¿Y tienes la cara tan dura de que te de una explicación? — me desahogo frente a él apartando mi brazo de su contacto.

Sus ojos se vuelven oscuros y llenos de rabia vuelve, brutalmente, a ponerme la mano encima una vez más.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Oh diooooooos 0_o! Pff vaya tio el Adrián. .
Esperaaaando al siguiente!
@Brenda1095

Anónimo dijo...

:O :O :O :O :O :O :O Madre del amor hermoso.. Me he quedao sin palabras :| Siguiente ya asdfghjklñ @AinhoaLrb

Anónimo dijo...

Ohhhhhhhhh no lo puedes dejar asi! Esta perfect! Siguienteeeee ;D
@marina_1d_4ever