Todo
transcurre rápidamente. A cámara lenta para mí.
Las rodillas de Harry aterrizan en el césped verde. Protegiéndose el estomago podemos escuchar un profundo gemido saliendo de su boca reflejando el dolor del golpe.
A la misma vez, aún más rabia es reflejada en sus ojos. Su mirada verde pasa a convertirse en una mirada de odio y desprecio. Una mirada negra.
El terror invade mi cuerpo. Ya no temo por la persona, más bien, personaje que tengo enfrente, si no por Harry. Por el daño que le haya podido causar.
Mientras mis manos se deslizan por mi rostro, a la vez lo hace el llanto proveniente de mis ojos. Me invade el terror de que le pueda pasar algo grave a la persona que más amo.
Por mi cuerpo ya no recorre el mismo sentimiento de terror anterior. Adrián no me da miedo. No en mi contra. El único pánico que siento es el de que pueda herir a las personas que quiero, como bien acaba de hacer.
Automáticamente me muevo de mi posición.
Las rodillas de Harry aterrizan en el césped verde. Protegiéndose el estomago podemos escuchar un profundo gemido saliendo de su boca reflejando el dolor del golpe.
A la misma vez, aún más rabia es reflejada en sus ojos. Su mirada verde pasa a convertirse en una mirada de odio y desprecio. Una mirada negra.
El terror invade mi cuerpo. Ya no temo por la persona, más bien, personaje que tengo enfrente, si no por Harry. Por el daño que le haya podido causar.
Mientras mis manos se deslizan por mi rostro, a la vez lo hace el llanto proveniente de mis ojos. Me invade el terror de que le pueda pasar algo grave a la persona que más amo.
Por mi cuerpo ya no recorre el mismo sentimiento de terror anterior. Adrián no me da miedo. No en mi contra. El único pánico que siento es el de que pueda herir a las personas que quiero, como bien acaba de hacer.
Automáticamente me muevo de mi posición.
Sintiendo
como que no llego a mi meta y como si nunca llegara al final, corro
hacia la persona más desagradable y repugnante con la que nunca
antes me he topado.
Uno no tiene ni el derecho de llamarle persona a alguien así. Es la mismísima desgracia.
Uno no tiene ni el derecho de llamarle persona a alguien así. Es la mismísima desgracia.
Dejando
a Harry atrás alcanzo a Adrián.
Nunca antes le había pegado a alguien. Jamás se me pasaría por la cabeza hacer alguna cosa así. Pero tenía que hacerlo. No lo podía soportar más. Ver que él entró en mi vida solo para llevarla por el peor camino: haciéndome sufrir a mi y después continuar machacándome haciendo sufrir a los míos. Todo para dañarme. Todo por venganza por no avisarle de que lo nuestro acababa. Pero... no tuve más remedio realmente. Si se lo decía, no me hubiese dejado escapar, hubiese acabado en sus manos una vez más. Así que no me arrepiento de haber huido de él.
Observo como Adrián cae completamente al suelo por impacto de mi rodilla en sus genitales. A continuación, desprendo aún más todo mi odio en él y le pego una patada más. Solo sentía asco. Un sentimiento rotundo e inexplicable: el como se puede odiar tanto a una persona por unos hechos. No me importa que se vengue contra mi, siempre he sentido sus golpes, pero no contra los míos. No a Harry.
No puedo soportar verle sufrir. Él sufre y yo sufro con él.
Retrocedo y veo a Harry de pié.
Todavía llorando me hundo en sus brazos, uniendo nuestros cuerpos en un abrazo.
Acariciándome la cabeza, la besa a continuación. Secándome las lágrimas que no dejaban de recorrer mis mejillas rojizas y húmedas, me susurra al oído que está bien y me anima confesando que tengo mucha fuerza, que mire como he dejado al chaval y que la patada en sus genitales le pasará factura. Es tan gracioso.
Simplemente perfecto, animándome cuando no sé por donde coger la situación.
Visualizamos a todos mis amigos entrando por la puerta del jardín en dirección a nosotros. A la misma vez, Adrián se levanta del suelo todavía dolorido. Gritándome comienza a insultarme de nuevo, de mientras, Harry sitúa medio cuerpo suyo delante del mío como protección.
-¿Qué coño haces zorra? ¡Eres una puta, eso es lo que eres!
A modo de puñetazo en la boca, Harry le logra callar.
Todos se sorprenden por la escena vista. Incluso yo. Nunca antes había visto a Harry tan enfadado, aunque tenía razones suficientes como para pegarle un puñetazo a modo de silencio. Él sabía lo mucho por lo que yo había pasado, intentaba nunca sacarme el tema, lo sé, pero se lo veía en sus ojos. Se preocupa por mí, desde el primer día, antes de estar juntos. Es un chico increíble, quiere lo mejor para mi, para todos nosotros. Para los suyos. Sé que le duele, nunca le ha hecho daño a nadie. Nunca antes le ha puesto la mano encima a una persona, pero no soportaba saber que yo, su chica, estaba sufriendo.
De solo pensar que me ha llegado a poner alguna vez la mano encima, ya se le hinchan las venas. No lo soporta. Harry es el chico que odia la violencia y lógicamente no entiende que un hombre se sienta superior a una mujer en algún aspecto.
Sentada en el banco de mi jardín junto a Ner y Valerie, observamos como Niall llama a la policía. Entre Zayn, Harry y Liam controlan que Adrián no escape.
Como ya bien dije antes, tendrá su merecido y sufrirá, no de la misma forma, pero lo mismo que yo. Junto a Liam, Harry y Zayn se acercan sujetando a Adrián, uno a cada brazo, hacia nosotras.
-Iris ¿por qué me haces esto? ¡¿No ves que yo te amo, joder?! — me dice el chico frente a mi con la protección de mi amigo y mi novio.
-Eso me has dicho siempre — comienzo, con calma, a decirle todo lo que siento — siempre me has dicho que me amabas, detrás de un golpe. Me pegabas, Adrián. Y lo sabes. Todos lo saben. Después venías a abrazarme supuestamente arrepentido y yo me conformaba con tu perdón ¿sabes? Pero me di cuenta que no podía seguir así, poco a poco te iba evitando, quería alejarme cada vez más de ti, sí, por miedo. Porqué si no me llego a ir de España a saber que sería ahora de mi. Siempre has sido el típico tío posesivo con una mujer, te creías que eras mi dueño, cuando ni siquiera sabías que me estabas perdiendo. Me has hecho mucho daño y lo sigues haciendo al haber golpeado a la persona que ahora más amo. Así que, te pido por favor que te vayas por completo de mi vida. No quiero saber nada más de ti.
Desahogándome frente a todos, confieso con amabilidad todo lo que siento. Incluso con amabilidad después de todo...
El gesto de Adrián me dice que no ha aprendido nada de lo que le he dicho, simplemente, se ha cabreado por ello. Si es que tengo razón, solo quiere que sea suya, nada más, no me tiene aprecio ninguno. Ni a mi ni a mis sentimientos. Nunca lo ha tenido.
-Y por último — digo deteniendo a mis amigos a alejarlo de mi de nuevo — mi motivo por el que me largué de España eres tú. No te comenté nada puesto que no merecías saberlo, yo merecía algo mejor, que aquí, como ves he conseguido y estoy muy agradecida por ello. No hacia falta decirte que lo nuestro acababa puesto que estaba más que claro que huía de tus golpes, Adrián.
Unas luces azules y rojas adornan la oscura y silenciosa avenida en este momento.
Estacionando el coche de policía frente a nuestra casa, los agentes bajan del vehículo.
Adrián, asombrado por todo y con violencia, comienza a amenazarnos a todos y a dar golpes y romper todo lo que encuentra a su paso.
La policía, deteniéndolo y observando la situación, comienza a hacernos preguntas una vez que ya ha logrado meter a Adrián en el coche.
Un día más, finaliza la alterada noche de un día de julio en la capital inglesa, en la que, actualmente, estoy feliz de estar.
Nunca antes le había pegado a alguien. Jamás se me pasaría por la cabeza hacer alguna cosa así. Pero tenía que hacerlo. No lo podía soportar más. Ver que él entró en mi vida solo para llevarla por el peor camino: haciéndome sufrir a mi y después continuar machacándome haciendo sufrir a los míos. Todo para dañarme. Todo por venganza por no avisarle de que lo nuestro acababa. Pero... no tuve más remedio realmente. Si se lo decía, no me hubiese dejado escapar, hubiese acabado en sus manos una vez más. Así que no me arrepiento de haber huido de él.
Observo como Adrián cae completamente al suelo por impacto de mi rodilla en sus genitales. A continuación, desprendo aún más todo mi odio en él y le pego una patada más. Solo sentía asco. Un sentimiento rotundo e inexplicable: el como se puede odiar tanto a una persona por unos hechos. No me importa que se vengue contra mi, siempre he sentido sus golpes, pero no contra los míos. No a Harry.
No puedo soportar verle sufrir. Él sufre y yo sufro con él.
Retrocedo y veo a Harry de pié.
Todavía llorando me hundo en sus brazos, uniendo nuestros cuerpos en un abrazo.
Acariciándome la cabeza, la besa a continuación. Secándome las lágrimas que no dejaban de recorrer mis mejillas rojizas y húmedas, me susurra al oído que está bien y me anima confesando que tengo mucha fuerza, que mire como he dejado al chaval y que la patada en sus genitales le pasará factura. Es tan gracioso.
Simplemente perfecto, animándome cuando no sé por donde coger la situación.
Visualizamos a todos mis amigos entrando por la puerta del jardín en dirección a nosotros. A la misma vez, Adrián se levanta del suelo todavía dolorido. Gritándome comienza a insultarme de nuevo, de mientras, Harry sitúa medio cuerpo suyo delante del mío como protección.
-¿Qué coño haces zorra? ¡Eres una puta, eso es lo que eres!
A modo de puñetazo en la boca, Harry le logra callar.
Todos se sorprenden por la escena vista. Incluso yo. Nunca antes había visto a Harry tan enfadado, aunque tenía razones suficientes como para pegarle un puñetazo a modo de silencio. Él sabía lo mucho por lo que yo había pasado, intentaba nunca sacarme el tema, lo sé, pero se lo veía en sus ojos. Se preocupa por mí, desde el primer día, antes de estar juntos. Es un chico increíble, quiere lo mejor para mi, para todos nosotros. Para los suyos. Sé que le duele, nunca le ha hecho daño a nadie. Nunca antes le ha puesto la mano encima a una persona, pero no soportaba saber que yo, su chica, estaba sufriendo.
De solo pensar que me ha llegado a poner alguna vez la mano encima, ya se le hinchan las venas. No lo soporta. Harry es el chico que odia la violencia y lógicamente no entiende que un hombre se sienta superior a una mujer en algún aspecto.
Sentada en el banco de mi jardín junto a Ner y Valerie, observamos como Niall llama a la policía. Entre Zayn, Harry y Liam controlan que Adrián no escape.
Como ya bien dije antes, tendrá su merecido y sufrirá, no de la misma forma, pero lo mismo que yo. Junto a Liam, Harry y Zayn se acercan sujetando a Adrián, uno a cada brazo, hacia nosotras.
-Iris ¿por qué me haces esto? ¡¿No ves que yo te amo, joder?! — me dice el chico frente a mi con la protección de mi amigo y mi novio.
-Eso me has dicho siempre — comienzo, con calma, a decirle todo lo que siento — siempre me has dicho que me amabas, detrás de un golpe. Me pegabas, Adrián. Y lo sabes. Todos lo saben. Después venías a abrazarme supuestamente arrepentido y yo me conformaba con tu perdón ¿sabes? Pero me di cuenta que no podía seguir así, poco a poco te iba evitando, quería alejarme cada vez más de ti, sí, por miedo. Porqué si no me llego a ir de España a saber que sería ahora de mi. Siempre has sido el típico tío posesivo con una mujer, te creías que eras mi dueño, cuando ni siquiera sabías que me estabas perdiendo. Me has hecho mucho daño y lo sigues haciendo al haber golpeado a la persona que ahora más amo. Así que, te pido por favor que te vayas por completo de mi vida. No quiero saber nada más de ti.
Desahogándome frente a todos, confieso con amabilidad todo lo que siento. Incluso con amabilidad después de todo...
El gesto de Adrián me dice que no ha aprendido nada de lo que le he dicho, simplemente, se ha cabreado por ello. Si es que tengo razón, solo quiere que sea suya, nada más, no me tiene aprecio ninguno. Ni a mi ni a mis sentimientos. Nunca lo ha tenido.
-Y por último — digo deteniendo a mis amigos a alejarlo de mi de nuevo — mi motivo por el que me largué de España eres tú. No te comenté nada puesto que no merecías saberlo, yo merecía algo mejor, que aquí, como ves he conseguido y estoy muy agradecida por ello. No hacia falta decirte que lo nuestro acababa puesto que estaba más que claro que huía de tus golpes, Adrián.
Unas luces azules y rojas adornan la oscura y silenciosa avenida en este momento.
Estacionando el coche de policía frente a nuestra casa, los agentes bajan del vehículo.
Adrián, asombrado por todo y con violencia, comienza a amenazarnos a todos y a dar golpes y romper todo lo que encuentra a su paso.
La policía, deteniéndolo y observando la situación, comienza a hacernos preguntas una vez que ya ha logrado meter a Adrián en el coche.
Un día más, finaliza la alterada noche de un día de julio en la capital inglesa, en la que, actualmente, estoy feliz de estar.
4 comentarios:
Que hdp Adrián. A una chica nunca se la pega, dios..
Espeeeeerando al siguiente, que está muuy agdkqphebeis :')
@Brenda1095
Madree mi adrian es un maldito !!! Y harry es un amooor espero el sig. Cap #LectoraLatina
Que asco de Adrián. Ya le tenía mucho asco al principio,y ahora le tengo más. Menos mal que ya le han dado su merecido que si no... Me meto yo ahí en la novela y le doy su merecido.
Siguiente :)
Ahhhhhhh! Esto se pone muy interesante, de hecho esta muy interesante asdfghjklñwurnsjdjdhdjk Siguiente cap ya!
PD: Me cae mal Adrian, a la carcel jajajajaja @AinhoaLrb :)
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