Capítulo 19.

Con una sonrisa bien marcada en el rostro, mis padres se despiden de todos nosotros en el aeropuerto para volver a España. Han conocido a los chicos y a Valerie y ahora que ya conocen como es mi vida aquí, regresan después de pasar una semana junto a mi.

Dentro de unos días es mi cumpleaños, de los 19... ay madre. No me gusta crecer. Puede sonar estúpido, lo sé, pero siento que el tiempo pasa demasiado rápido. Solo con recordar que ya hace casi 3 meses que vine a finales de junio a Londres, se me ponen los pelos de punta. Qué irónico.

*

16:00h

Entrando a la sesión de tarde del cine, vamos todos a ver cualquier película de risa.
Ocupando una fila de la sala número 3 disfrutamos de la hora y media de película.Al terminar, concretamos la hora para el día siguiente comer en casa de Harry y cada uno se va por un lado.

Al llegar a casa, preparo las cosas para ir a dormir a casa de Harry, ya que, como Ner ha quedado que se traerá a Niall a dormir a casa, Harry me ha dicho que me vaya a la suya y así estar ya allí para mañana.

-Pero Harry, tengo que ducharme — le digo con indecisión.

-Vamos, ya te duchas en mi casa.

Besándome en la frente nos despedimos de Niall y Ner dejándolos en casa y subimos al Chevrolet Tahoe Hybrid en color negro de Harry, para ir hacia su casa.

*

Desde los escalones del piso de arriba, voy observando a Harry en la cocina preparar algo de comer. Al entrar por la puerta, su brillante mirada se junta con la mía y avanzo hasta él.
Cogiéndome de la cintura, acaricio su ancha espalda hasta llegar a unir mis brazos detrás de su cuello y así, alzarme unos centímetros del suelo y alcanzar sus labios.
Mariposas revoloteando en mi estómago una vez más.
Separándonos para respirar, le doy un ligero beso más para subir a ducharme ya.

-Entonces, ¿esta vez tampoco quieres que me duche contigo, pequeña? — me susurra al oído. Mi piel pasa a erizarse tras palpar su aliento en mí oído al mismo tiempo que escucho su voz ronca.

Separándome de sus brazos que me rodean por el pecho de espaldas a él, me giro y le saco la lengua entre dientes como burla, al instante, se venga al pegarme suavemente en la parte derecha del trasero.

*

-Harry, ¿puedes subir un momento? tengo un problema.

Qué lista soy. 
No me había traído pijama.
Ya con la ropa interior puesta, me cubro con la toalla al escuchar a Harry subir hasta el baño.

Al detenerse en el marco de la puerta, me observa de arriba a abajo, mientras su blanquecina dentadura se asoma por la parte izquierda de su labio.

-No me he traído pijama.

Tras lamerse los labios, alza sus hombros al compás y bajando la cabeza muestra su risa mientras una carcajada sale de su boca debido a mis palabras.

Alejándose del baño, veo como va a su habitación y le pierdo de vista al cruzar la puerta.
Mientras, me pongo a cepillarme el pelo.

-Toma princesa, ponte esto — me dice mientras me lanza una camiseta blanca a mis brazos.

Sonriendo le doy las gracias mientras me quedo mirándole, perdida en su mirada.
Un par de segundos después, al darme cuenta de que seguía perdida en sus ojos, reacciono mientras, a la vez que mi sonrisa, mis mejillas se van sonrojando exageradamente. 
-Ya puedes irte cariño — le digo mientras aparto mi mirada para ocultar mi enrojecimiento.

Ignorando mis palabras, se acerca a mi cada vez más.
Deslizando sus suaves manos por mi rostro, me acerca al suyo lentamente para unir nuestros labios en un beso duradero. 
El beso continúa alargándose mientras, como de costumbre, hundo mis manos en sus rizos a modo de caricia. Él, deslizando sus manos de mi rostro hasta el cuello, detiene el beso para darme cálidos y cortos besos en él. Bajando sus manos por mi corta espalda, continuamos besándonos. Mientras, nuestras lenguas siguen entrelazándose al compás, provocando sensaciones indiferentes en nuestros cuerpos. Noto como la toalla que rodeaba mi cuerpo, se desliza por él hasta rozar el suelo del baño.

Apoyando mi frente en la de Harry, observo como él me muestra su perfecta dentadura mientras continúa acariciándome por la espalda. Mis mejillas continúan en un color rojizo.
Bajando mi mirada hasta su boca para volver a sus ojos en una milésima de segundo, observo como él, ante mi acción, introduce su labio inferior en su boca para humedecerlo a modo de deseo de besar los míos.

Cuando voy a darme cuenta, estamos en su habitación, sobre su colchón.
Y continuamos dejándonos llevar.
Deteniendo su beso, me separo de su rostro y abro lentamente mis ojos.

-Te quiero — Mis ojos brillantes, mi corazón latiendo rápidamente, las mariposas en mi estomago y mi más sincera confesión acabada de pronunciar.

-Yo más — me discute Harry después de separar otra vez nuestros labios debido a otro largo y apasionado beso.